El desarrollo tecnológico marcó un cambio importante en la guerra, las armerías y los proyectistas llevaban siglos buscando una mayor efectividad y precisión y no fue hasta mediados del siglo XIX que lo consiguieron con la técnica de estriado en los cañones.

El estriado era una nueva manera de moldeo que permitía construir surcos dentro del anima del cañón creando una superficie que permitiera rotar la munición sobre si mismo generando una trayectoria estable y a mayor distancia que los cañones de anima lisa anteriores, esta mejora fue implementada de igual manera en las pistolas y los mosquetes aumentando su efectividad.

sin embargo las antiguas tácticas no fueron desechadas y la caballería y el combate de infantería de carga con bayonetas prevaleció durante todo el siglo XIX no siendo la excepción la guerra civil.

La infantería fue dotada de fusiles y mosquetes más modernos que mejoraron la precisión en los disparos así como el alcance de los mismos, esto debido al desarrollo del anima estriada que ya había sido implementada en la artillería, la combinación de poder de fuego y precisión se convirtió en un avance colosal en el campo de batalla ya que era posible acertar a blancos apuntando y usando las incipientes miras dando así nacimiento de la doctrina de francotiradores que se encargaron de eliminar blancos de precisión.